Giezi en la Biblia

GIEZI

Giezi era el siervo de Eliseo (uno de los superiores profetas en la narración de Israel). Giezi tuvo la posibilidad de estar íntimamente asociado con alguien tan bendecido por Dios como Eliseo. Estuvo cubierto de un ámbito espiritual muy rico, pero tomo la decisión de ignorar la voz de Dios y la forma como Dios había obrado milagrosamente (¡tantas veces!) a través de Eliseo.

Todos conocemos el trasfondo de esta historia que la Biblia nos narra en (2ª de Reyes 5). Naamán era un general distinguido que comúnmente había llevado a los arameos a la victoria. Enfermo de lepra, una doncella israelita cautiva anunció a su mujer que un profeta de Samaria podía curarlo. Consecuentemente, Naamán pidió permiso al rey Ben-Adad II para ir Israel. El soberano estuvo en concordancia y le dio una carta donde le pedía a Joram, rey de Israel, que curase a Naamán de su lepra. Joram se preocupó por esta misiva, suponiendo que era una trampa para declararle la guerra. Eliseo, enterado de los hechos, le reprochó su falta de fe y pidió ver a Naamán. Antes de verle, no obstante, le mandó a decir que si se bañaba siete ocasiones en el Jordán se curaría. Naamán se sintió muy decepcionado, puesto que había esperado que el profeta se encontrara con él en persona y le suplicara a Dios que lo curara; pero sus siervos lo persuadieron de continuar el mandato de Eliseo, y acertadamente luego de hundirse en el Jordán, recuperó la salud. (2ª Reyes 5:1-14)

Complacido, regresó con su séquito a Eliseo, frente quien reconoció al Dios de Israel, como el exclusivo Dios verdadero, y pidió la carga de dos mulas de tierra israelita para lograr crear un altar en su honor. Además pidió perdón porque como oficial del rey de Damasco, debería acompañar a su soberano en la adoración del dios Rimmón. Nahamán quiso además recompensar a Eliseo por el milagro, pero Eliseo rehusó recibir obsequio alguno. (2ª Reyes 5:15-18)

Cuando Naamán regresaba a su tierra, Giezi, el siervo de Eliseo, fue detrás de él y le pidió un talento de plata y ropa alegando que habían llegado unos visitantes. Naamán le dio entonces dos talentos y dos mudas de ropa ( 2ª Reyes 5:20.23); y en un espacio misterio Giezi lo guardo. Al regresar, Eliseo le preguntó: (¿ De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no fué a ningúna parte) Eliseo le reprochó su actitud y Giezi enfermó de lepra (2ª Reyes 5:24-27)

Mientras el profeta de Dios era completamente desprendido de las cosas materiales y ponía su seguridad en la recompensa de Dios y no en la de los hombres, su criado no. Desde adentro, en el medio de Giezi, sucedían cosas muy diferentes que lo llevaron al desastre final, y no sólo a él sino a su familia y a todos sus descendientes para toda la vida.

Aunque la narración de Giezi empieza como un leal siervo de Eliseo y con celo asegurador (2 Reyes 4:27), la avaricia lo venció, transformándole en un símbolo de codicia para las generaciones futuras. Un abandono de su carácter destruyó un futuro sin parámetros.

Eliseo sirvió fielmente a Elías, y lo ocurrió con un ministerio profético propio. Si Giezi hubiese sido leal, ¿habría llegado a ser el sustituto de Eliseo? La historia no registra especulaciones. Giezi es recordado por el engaño, la avaricia y el recibir la maldición de la lepra de Naamán.

Ser siervo del profeta Eliseo: era un privilegio, ya que implicaba más que tareas humildes. Era un tipo de estudio. Eliseo mismo había servido como siervo de Elías (1 Reyes 19:19-21). Aunque la labor del profeta dependía de un llamado divino, ser útil al profeta ayudaba, al candidato a profeta, a desarrollar su fe y su seguridad en Dios. Además, Eliseo aprendería a ponerse a un lado y a ser útil a otros. Esto demostraría ser la preferible calificación para un ministerio futuro. No poseemos registro del llamado de Giezi, pero recibió muchas oportunidades. Esta iniciativa del siervo no se restringe solo a los tiempos del Obsoleto Testamento. Jesús mencionó que la disposición a ser un siervo es un requisito previo para algún cargo directivo en la iglesia (Marcos 9:35).

Un óptimo maestro enseña por el ejemplo y proporciona muchas chances para que sus estudiantes apliquen lo que están aprendiendo. Eliseo era ese tipo de maestro. Tenemos la posibilidad de ojearlo en 2 Reyes 4:8 al 17. ¿Qué oportunidades le proporciona Eliseo a Giezi? Eliseo implica activamente a Giezi. Lo envía a llamar a la mujer y lo tiene dentro en su expresión de gratitud. Le pide opinión a Giezi y ejecuta la sugerencia que Giezi le dá.

Lo que ha podido finalizar realmente bien en la vida de un servidor de un profeta, acabó en el más terminado y miserable olvido. Y si no tenemos ganas finalizar tan mal como él, debemos tener precaución de lo siguiente:

Nuestro monólogo de adentro.

“Giezi ha dicho entre sí”… (2ª Reyes 5:20) Lo que estamos hablando con nosotros establece lo que llena nuestro corazón. ¿Es nuestro monólogo de adentro lo que dice la Palabra de Dios, o está sobrepasado de nuestros propios deseos y anhelos? El monólogo de adentro de Giezi se encontraba lleno de codicia: “Correré yo tras él y tomaré alguna cosa…” .

Cuidado con utilizar el nombre del Señor en vano (5,20b y 22a.): Giezi utilizó dos expresiones para justificar su pecado, su monólogo de adentro, y sus perversas pretenciones. Dijo: “Vive el Señor”. “Mi señor me envía a decirte”.

Pero la realidad es que no poseemos permiso ni autoridad para comentar en nombre de nuestro Señor, si Él no nos ha enviado. Cuidémonos de comentar en nombre del Señor siguiendo ambiciones personales.

Precaución con la mentira y la integridad (5:22b-25):

Cuando mentimos, ponemos expresiones en la boca de otros para justificar lo que mencionamos. Giezi, jamás pensó que iba a ser descubierto; pero entre el cielo y la tierra no hay ningún misterio.

Cuando mentimos además perdemos la integridad; la mentira nos situa en la cubierta de hielo fino, del lago de la perdición y cualquier ocasión esta cubierta se romperá.

Cuidado con las máscaras (5,23a). “Y le insistió” Esta ex presión “le insistió” hace suponer que Giezi pretendía aparentar que no pretendía dos talentos, que eso era bastante.

La máscara de la inocencia y del “no quiero tanto”, cuando de todos modos el corazón pide más y más y más.

Precaución con los sitios misterios (5:24). Giezi poseía un espacio misterio donde almacenar su pecado. En un hijo de Dios no probablemente halla sino un solo sitio misterio. El sitio misterio de la oración. Lo oculto, lo que se hace a escondidas para no ser vistos, en la mitad de la oscuridad, no forman parte al reino de la luz.

Cuidado con el pago justo (5,26-27). La Biblia dice claramente: “Todo lo que el hombre sembrare eso además segará” (Ga 6,7b).

Porque el juicio llega. (2ª Reyes 5:27)Eliseo acaba diciendo: “Por tanto” (v.27)…Esta cita “por tanto” sugiere que hay suficientes causas y pruebas para que el Juez del universo se manifieste en este momento en juicio y dicte la sentencia sobre Giezi. No va a tener ocasión de arrepentirse, el juicio no se hace esperar: “La lepra se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre…”.

A Naamán (el leproso), por su fe, le fue quitada la lepra. A Giezi, por su pecado, le fue traspasada la misma lepra.

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