Juan 10:10 NVI - El ladrón no viene más que a robar
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Dentro de los varios versículos que algunos "predicadores" de la prosperidad descontextualizan para su conveniencia está, Juan 10:10, cuyo concepto varía según las situaciones. Si hay personas que sufren alguna clase de patología, les dicen: "Renuncia a tu patología, ya que Jesús mencionó que vino para que tengamos vida en grandes cantidades".
Si hablamos de una robatonica o maratónica y hay personas que tienen carencias o adversidades económicas, les dicen: "Levántate en fe, pacta con Dios, él no te quiere pobre, ya que vino para que poseas vida vida en grandes cantidades."
De alguna forma u otra, el concepto de este sustancial pasaje cambia por siempre, pero lo que no cambia, es la connotación de confort personal o de clase materialista que se le ha imprimido a este pasaje. Pero ¿Realmente eso era lo que Jesús quiso que entendiéramos de esas expresiones?, vamos a investigar el texto bíblico de tal forma que tengamos la posibilidad sacar indispensables conclusiones para nuestro beneficio y reflexión.
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Analizando el texto bíblico: Juan 10:10
- 1. ¿A que viene el ladrón?
- 2. Por causa de la soberbia viene el ladrón
- 3. El ladrón quiere engañarte con expresiones mentirosas
- 4. El ladrón quiere romper los muros donde están tus bienes y reservas
- 5. El ladrón quiere quitar tus vestiduras
- Qué trato de decir Jesús cuando prometió una vida abundante
Analizando el texto bíblico: Juan 10:10
No tenemos la posibilidad de apresurarnos a deducir significados, sin haber inspeccionado el contexto del pasaje. El Capítulo 9 registra la sanidad de un hombre ciego de nacimiento, quien luego de ser sanado por Jesús y al ser interrogado por los fariseos, acabaron expulsándole de la sinagoga.
Este suceso era producto del odio de los fariseos hacia Jesús y su obra salvadora, era visible que sus corazones necios y rebeldes se rehusaban con mucha fuerza a creer en el mensaje de Jesús y más todavía, ser enseñados por él, esto ocasionó la furia de ellos contra el hombre que fue sanado por Jesús (Juan 9:27, 28).
Más adelante cuando Cristo interroga al hombre que fue sanado y éste lo reconoce como el verdadero Mesías (Juan 9:35-38), Jesús pronuncia las siguientes palabras: "Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean y los que ven, sean cegados." (Juan 9:39). Estas expresiones marcan un punto sustancial en nuestra interpretación del pasaje.
Los fariseos siendo parte del sanedrín, por su conocimiento de las leyes e instrucción de la Torá, se consideraban los guías espirituales del pueblo judío, los únicos con la aptitud de conducir al pueblo por la luz de la realidad de Dios. Esta intensión hacía irrealizable que ellos reconozcan al Señor como el Mesías, no podían verlo como el Señor (Juan 9:40).
Todos estos hechos organizan el trasfondo del capítulo 10. A través de su habitual lenguaje alegórico, Jesús utiliza la figura de las ovejas y el redil para representar al pueblo, en el cual, él era el verdadero pastor de las ovejas, llamando ladrón y salteador (Juan 10:1) a los que no son realmente pastores de las ovejas.
Aquí Jesús determina su labor como el verdadero pastor, ya que no todos le siguen, sino aquellas ovejas que le conocen y oyen su voz, y él mismo las conoce llamándolas por su nombre (Juan 10:3, 4). Esto tiene esencial consideración ya que las verdaderas ovejas no siguen a los raros, ya que desconocen la voz de los raros (Juan 10:5).
Desde el versículo 7 sigue en pié Cristo utilizando su lenguaje alegórico, pero otorgándole otro concepto a sus propias expresiones, en este momento Jesús es la puerta de las ovejas (Juan 10:7) y ratifica la veracidad de su misión pastoral y salvadora, detallando que todos esos que vivieron antes de él y comenten ser conductores espirituales, son ladrones y salteadores (Juan 10:8)
Nuestro Señor se muestra como la exclusiva y bastante garantía de salvación, siendo la puerta de las ovejas, salva a todo el que que entrare por él, pero además asegura soporte para sus ovejas, ya que el que entrare, saldrá y hallará pastos (Juan 10:9). Hasta aquí el contexto está muy claro, para Jesús todo el que que pretenda ser guía espiritual de un pueblo, siendo un ciego espiritual, es ladrón y salteador.
Entiéndase que Cristo utiliza la figura del ladrón como un caso hipotético de lo que ocurriría cuando alguien de esa calaña entre en el redil de las ovejas, y lo contrasta con su obra especial en la mitad de sus ovejas, esto es proporcionarles vida, pero ¿Qué tipo de vida?. ¿Será acaso una vida llena de comodidades, lujos y abundancia material? ¿Prometería Jesús una cosa como esa habiendo dicho en otra sección que cualquier persona que quiera seguirlo debe negarse a sí mismo y tomar su cruz y seguirlo?.
La vida de la cual Jesús habla, es innegablemente la vida eterna, por cuanto la disertación de Jesús habla sobre una salvación y él se muestra como el buen Pastor, quien está disponible para ofrecer su historia por sus ovejas. Para que vida tengan y abundante; la repetición de presente activo de subjuntivo sugiere la continuación de algo, es decir, para que sigan teniendo vida.
( Juan 10:10 )
"El ladrón no viene sino para hurtar, y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en grandes cantidades".
Este pasaje de Juan 10:10 tiene dentro puntos indispensables que debemos tener en cuenta en nuestra vida espiritual:
1. ¿A que viene el ladrón?
Jesús revela el objetivo del ladrón y cuál es su propósito, además, le otorga un orden ó secuencia de lo que viene a llevar a cabo.
1. Quitar del griego KLEPTO (cleptomanía) que significa hurtar.
2. Matar del griego THUO que denota primariamente sugerir primicias a un dios; luego: sacrificar dando muerte a una víctima, sugerir sacrificios.
3. Eliminar del griego APOLUMI que significa eliminar totalmente; en la voz media, perecer. La iniciativa que comunica no es la de extinción, sino de ruina; no del ser, sino del confort de la persona.
2. Por causa de la soberbia viene el ladrón
(Abdías 1:3-5)"La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de la peña, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará por tierra?. Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas coloques tu nido, de ahí te derribaré afirma el Señor. Si vinieran a ti ladrones o salteadores de noche (¡cómo quedarías arruinado!), ¿no robarían hasta que les bastara? Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos?
La soberbia que se establece en el corazón del hombre es, por que él mismo, le abre la puerta, y atraerá a los ladrones. Los ladrones causan ruinas en lo natural (terrenal) asi sea en tus finanzas, en tu familia, y en nuestra vida espiritual, con desanimo, amargura, y un sin fin de acompañantes que te inducen a desviarte del propósito de Dios.
3. El ladrón quiere engañarte con expresiones mentirosas
(Jeremías 7:8-9)"He aquí, nosotros confiáis en expresiones engañosas que no aprovechan, para quitar, matar, cometer adulterio, jurar falsamente, sugerir sacrificios a Baal y andar en pos de otros dioses que no habíais popular".
Jeremías afirma nosotros "confiáis", para lograr confiar en alguien lo que uno hace es comprender a esa persona y investigar sus expresiones, después decidimos si hacemos nuestra sus expresiones y de ser de esta forma, estas pasan a ser parte de nuestros patrones y argumentos. Este pueblo fué engañado por ladrones o falsos profesores que llevaron al pueblo a confiar y apoyarse en expresiones engañosas, estas expresiones son mentiras que no traen vida sino muerte.
Si escuchas y confías en expresiones engañosas que no edifican, lo que vas a hacer va a ser ofrecerle la posibilidad al ladrón para quitar, matar y eliminar. Por esto, es requisito que como hijos de Dios tengamos precaución con lo que nos encontramos oyendo. Además no prestar nuestros oídos a los chimentos, criticas y quejas de la gente, esto no sólo abre la puerta para que el ladrón que esta ahí, aguardando, entre, sino que entra para quitar tu herencia espiritual, matar tu fe, y eliminar tu discernimiento y conexión con el Espíritu santo.
4. El ladrón quiere romper los muros donde están tus bienes y reservas
(Mateo 6:19-21)" No junten bienes y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y hurtan. Junten bienes y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para llevar a cabo estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y quitar. Ya que donde está tu tesoro, ahí va a estar además tu corazón".
Jesús dice "no junten bienes y reservas en la tierra", pero "tesoro" tiene más sentido de riqueza que se almacena.
Bienes quiere decir; depósito, riqueza; tesoro. Reservas quiere decir; amasar o reservar, amontonar.
Es en la tierra donde los ladrones tienen la posibilidad de "romper el muro y quitar" puesto que en el cielo no hay. El ladrón lo que hace antes de quitar es perforar poco o poco los muros de nuestras viviendas para ingresar y quitar lo verdaderamente preciado para nosotros.
En aquel tiempo muchas viviendas estaban hechas de barro y palos, tal es así que los ladrones podían perforar de forma sencilla las paredes ingresar y quitar. Jesucristo dejó predeterminado en esta palabra que en la tierra hay dos contrincantes que desean provocar perjuicios a nuestros bienes y reservas. La polilla y el óxido causan estragos que significa consumir, el ladrón viene a arruinar.
Este espíritu es el que actúa en (Malaquías 3:11) Cristo asegura que donde esté nuestro tesoro ahí va a estar además nuestro corazón, la consideración de proteger nuestro corazón para que nuestra mirada ó nuestro deseo no estén en las cosas terrenales sino en las celestiales.
Es por eso, que el tesoro que debemos llevar a cabo afanadamente son los bienes del reino de los cielos, estos no son robados, ni destrozados por ningún ladrón, y ni la polilla lo elimina, entonces hermano o hermana, acuérdese que las cosas materiales son como si no fueran, por que aunque lo observamos no existe, por que no es eterno. El más grande tesoro esta en los cielos que debemos arrebatar para nuestras vidas y gozar esas riquezas aquí y en este momento.
5. El ladrón quiere quitar tus vestiduras
Las ropas son vestiduras físicas pero además hay vestiduras espirituales, por lo cual debemos estar preocupados de crecer y estar vestidos.
Debemos abarcar que no son las vestiduras de tu hermano las que tienes que vestir, sino tus propias vestiduras ya que cada uno tiene una felicidad diferente y no nos tenemos la posibilidad de contrastar puesto que la comparación trae consigo envidia y muerte, esto fue lo que ocurrió con Caín y Abel, donde Caín dejó ingresar a su corazón la comparación y tuvo envidia de su hermano Abel por la ofrenda, después maquinó en su corazón y asesinó a su hermano.
De esta forma, el malvado usa la misma estrategia para ingresar en el medio de los hijos de Dios, siembra la semilla de comparación y esta otorga el fruto de la envidia que va a llevar a esos que lo aceptan a asesinar a sus propios hermanos por medio de sus juicios y comentarios que destruyen. No puedes tener las vestiduras de tu hermano o ministro puesto que las vestiduras demuestran la talla espiritual que poseemos y además las luchas, es decir, el nivel de madurez donde todos tenemos que crecer y al instante de crecer puede que nos cambien las vestiduras o bien estas sean alargadas.
El manto denota el nivel de autoridad y unción que tienes, cuando Elías es arrebatado por un carro de fuego Eliseo toma el manto que le dejó Elías y este activó proféticamente la unción por medio de la fe pegando las aguas del Jordán (2 Reyes 2:10-14)
Para que el ladrón no robe tus vestiduras espirituales tienes que "velar y almacenar tus ropas", nótese que dice velar, en el griego esta palabra viene de EGÉIRO que significa; despertar, levantarse (literalmente del sueño, de sentarse o acostado, de la patología, de la muerte; o figurativamente de la oscuridad, inacción, ruina, no existencia), además significa enderezar, resucitar.
Hay varios hijos que requieren el EGEIRO de Dios para ser levantados del sueño o resucitados de la desaparición espiritual.
Lo que tienes que llevar a cabo es "guardar" tus ropas, de pérdidas o perjuicios, es sostener el ojo puesto sobre las cosas de Dios, es proteger, y asegurar. Si el ladrón roba tus vestiduras algo que va a venir sobre ti va a ser la "desnudez y vergüenza".
No obstante, fijémonos que este versículo exhibe que esta persona andaba desnuda y no se había dado cuenta que le habían robado las vestiduras puesto que dice "no sea que andes desnudo". Además, dice "y vean su vergüenza", oséa, la desnudez espiritual trae vergüenza y el planeta espiritual nos mira y ve que tipo de vestidura poseemos, es dependiente de tu vestidura la autoridad que poseas en el planeta espiritual.
Qué trato de decir Jesús cuando prometió una vida abundante
En Juan 10:10 Jesús dijo: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en grandes cantidades.” En contraste con un ladrón, el Señor Jesús no viene por causas egoístas. Viene a ofrecer, no a recibir. Viene para que todas la gente logren tener vida en Él que es importante, servible, alegre y eterna. Esta vida abundante la nos llega cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador
Esta palabra "abundante", significa "altamente, más allá de la medida, una cantidad tan abundante como para ser destacable bastante más de lo que se esperaría o anticiparía". Jesús nos asegura en este pasaje una vida bastante superior de la que nosotros nos tendríamos la posibilidad de imaginar, esto nos recuerda en que tal abundancia tiene relación a las revelaciones de su reino como dice en (1 Corintios 2:9)"Cosas que ojo no vio, ni escuchado oyó, ni subieron en corazón de hombre, son las que Dios ha listo para los que le adoran".
El apóstol Pablo precisamente nos comunica que Dios puede “hacer todas las cosas muchísimo más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, y lo realiza por su poder, este poder que está obrando dentro de nosotros si le pertenecemos a Él (Efesios 3:20).
Antes de empezar a tener visiones de viviendas suntuosas, coches caros, cruceros a nivel mundial, y más dinero de lo que tenemos la posibilidad de gastar, debemos pensar y solamente creer en lo que Jesús enseña sobre la vida abundante. La Biblia nos comunica que la riqueza, el prestigio, la posición y el poder en este planeta no son las preferencias de Dios para nosotros (1 Corintios 1:26-29).
Con respecto al estado barato, estudiantil y popular, la mayor parte de los cristianos no procede de las clases privilegiadas. Precisamente, Dios nos enseña que una vida abundante no tiene que ver con una abundancia de cosas materiales. Si esto fuera de esta forma entonces Jesús habría sido el más rico de los hombres. Pero lo opuesto es verdad.
La abundancia que Dios habla en Juan 10:10 es la que quiere ofrecerte, y que consigas gozar una vida llena de independencia, donde tu espíritu este en total conexión con Él, y que los diseños del cielo se manifiesten en tu vida, para que el objetivo que ha pensado para ti se cumpla. No permitas que el ladrón entre a tu vida y te desvié de lo que Dios ha listo para ti, antes de la fundación de todo el mundo. Ten en cuenta que con Cristo somos más que vencedores, y coherederos juntamente con él. Dios le bendiga!.
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