Juan 10:27-30 NVI - Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco
Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,14.43-52):
En esos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y han tomado taburete. Varios judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron comentando con ellos, exhortándolos a ser leales a la felicidad de Dios. El sábado siguiente, toda la localidad acudió a oír la palabra de Dios. Al notar el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondan con insultos a las expresiones de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a nosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no les consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos ofrecemos a los gentiles. De esta forma nos lo ha mandado el Señor: «Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el radical de la tierra.»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban premeditados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la zona. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los primordiales de la región, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la localidad, y se fueron a Iconio. Los discípulos han quedado llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Salmo
Sal 99,2.3.5
R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos logró, y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.
Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (7,9.14b-17):
Yo, Juan, vi una muchedumbre enorme, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, parado enfrente del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y uno de los ancianos me dijo: «Éstos son los que vienen de la enorme tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están frente el trono de Dios, otorgándole culto día y noche en su templo.
El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Por el momento no pasarán hambre ni sed, no les va a hacer inconveniente el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está enfrente del trono va a ser su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos.
Evangelio del domingo
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,27-30):
En aquel tiempo, ha dicho Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para toda la vida, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las dió, sobrepasa a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Palabra del Señor
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