Que Significado Bíblico Tiene "Es Mejor Dar Que Recibir"

es mejor dar que recibir

Ofrecer supone que es una distribución a otro. La felicidad esta en ofrecer con amor y liberalidad; algo que causan que las bendiciones de Dios nos alcance es aprendiendo a ofrecer, y a la misma vez es la exclusiva regla para lograr recibir algo de Dios, debemos acordarse que bienaventurado es ofrecer que recibir. En (Hechos 20:35) Dios nos habla por medio de este versículo que es preferible ofrecer que recibir.

✖️ Tabla de Contenido
  1. Es mejor ofrecer que recibir porque produce el carácter de Cristo
  2. Dar es la naturaleza de Dios y recibida en la vida de Cristo
  3. ¿Como cristianos ofrecer es una vocación?
  4. ¿Sobre que estas edificando?
  5. ¿Dar y recibir son recíprocos?
  6. La palabra de Dios nos manda a imitar a Cristo en su actitud de servir

Es mejor ofrecer que recibir porque produce el carácter de Cristo

El ofrecer para los cristianos, en el contexto bíblico, significa reproducir el carácter de Cristo. La Biblia habla de una plenitud en el libro de los Hechos (20:35): “Señala que el dador adopta el carácter de Cristo, la cual cuya naturaleza es dar”. Es por esto que la actitud de ofrecer y el carácter del dador están íntimamente relacionados.

Naturalmente ofrecemos en concordancia al fruto que producimos. Y lo que somos es lo que producimos. Una planta de manzano produce solo manzanas y no naranjas u otra fruta. Este no puede ocasionar otro fruto diferente a su naturaleza. Jesús mencionó que “por el fruto se conoce el árbol”.

Ya que en la palabra de Dios, el hombre es ilustrado y relacionado con un árbol, como hijos de Dios, requerimos hacernos una fácil pregunta: ¿Qué clase de fruto hay en mi árbol? Verdaderamente no tenemos la posibilidad de ofrecer de aquello que no poseemos.

La pregunta que debemos responder obligatoria es: ¿Cómo es nuestro carácter, cristocéntrico o egocéntrico? De la respuesta que demos es dependiente la naturaleza de nuestro ofrecer.

Si nuestro carácter es cristocéntrico, nuestra forma de ofrecer va a ser plena llena de amor, generosidad, sensibilidad y comprensión por las pretensiones de los demás; exponemos una forma de pensar de abundancia. En este momento, si es egocéntrico, ya que va a estar llena de egoísmo, interés y mezquindad; lo que nos transporta a tener una forma de pensar de escasez.

Dar es la naturaleza de Dios y recibida en la vida de Cristo

La naturaleza de Dios esta en ofrecer. De esta forma como lo expresa (2 Corintios 8:9) “Porque ya conocéis la felicidad de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a nosotros se realizó pobre, siendo rico, para que nosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.

Como creyentes e hijos de Dios, el ofrecer (con generosidad y amor) además está en nosotros esa naturaleza espiritual recibida de Cristo. Al ser novedosas criaturas y nacer otra vez, nos llega la naturaleza de Dios, la cual es amor; y el Espíritu santo, nos capacita para que tengamos la posibilidad ofrecer con amor y generosidad.

¿Como cristianos ofrecer es una vocación?

Es preferible ofrecer que recibir, esta es una vocación ineludible a la que todo fiel católico está llamado a cumplir, dado que fue el más destacable ejemplo que el Señor Jesucristo le dejo a sus discípulos.

La Biblia nos exhorta, con prioridad, a que aprendamos a que es preferible ofrecer que recibir. Por otro lado, esta actitud no se produce sola de manera automática; requiere ser trabajada, y aun forjada para que se expanda y se desarrolle en nosotros, hasta que se realice natural en nuestra vida; como un hábito; ya que esta forma propiedad de relacionarnos y de orientarnos en nuestra interacción con otros. “Jesús no mencionó que sería más simple ofrecer que recibir, sino que sería más bienaventurado”.

Para el hombre recibir es mas natural que dar. La vida está totalmente direccionada, en todo el desarrollo de su desarrollo, por un recurrente recibir. Los bébes reclaman con el llanto la comida, el aprecio y la atención de su madre.

El marido y la mujer esperan mutuamente por las caricias y elogios del uno hacia el otro. Todas la gente esperamos recibir. Así como anhelamos ser reconocidos. Por lo cual en cada pecho hay un corazón hambriento por recibir aprecio y reconocimiento; y eso, en inicio, es imposible cuestionar. Pero en la vida cristiana es un fundamento y un inicio de reino el ofrecer.

¿Sobre que estas edificando?

En la vida no tenemos la posibilidad de edificar, sobre (una base) lo que nos llega, sino sobre (un fundamento) y es lo que ofrecemos.

Hay personas que van por la vida intentando encontrar en vez de ofrecer, viven en un continuo anhelo de recibir, sin jamás ofrecer, esto va construyendo que el hombre tenga una vida egoísta y egocéntrica; que este basada y centrada en sus propias pretenciones, lo que los hace ser incapaces de ver y sentir las pretensiones de otros.

Jesucristo precisamente expreso que más bienaventurado es ofrecer que recibir. Esto demanda un cambio profundo de nuestra forma de pensar, ver y llevar a cabo las cosas en la vida, además de comprar un deber. Supone salir de nuestra región de confort. No hay forma de ofrecer sin poner en una situación comprometedora tu tiempo, o tu dinero, o energías, o a lo mejor elementos.

¿Dar y recibir son recíprocos?

En la medida que procuramos el confort de los otros, eso nos hace la vida satisfactorio. Cuando ofrecemos a otros, somos satisfechos en nuestra necesidad de ofrecer. Tendríamos la posibilidad de decir que no hay manera más óptima de disfrutar de los bienes si no es dándolos.

Seamos bienaventurados al ofrecer con amor, a llevar una promesa a esos que más lo necesitan. Son bastantes los que combaten las secuelas de un divorcio; los que experimentan la desaparición de un ser querido; los que sobrellevan la rebeldía de los hijos; los que viven influenciado de un vicio insuperable. Apropiemonos de esto y seamos bienaventurados en proporcionarles una asistencia, o a lo mejor un abrazo de promesa, además una real demostración de aprecio por medio de los hechos.

La enorme mayoría de la gente concentran sus esfuerzos en agarrar frutos, es decir, (recibir) en vez de ofrecer. Es más simple ser un recibidor (consumidor) que un dador; por eso es que existen varias personas a lo que nos rodea con pretensiones que pocos tienen la posibilidad de contemplar.

Pero cuando nos encontramos dispuestos a ofrecer es ineludible recibir. Por que mientras tu te encargas de ofrecer a otros mayormente, Dios tiene como función contemplar todas tus pretensiones, por ello es que siempre que nos acercamos a los necesitados, somos bendecidos con su agradecimiento y amor, y a la vez desarrollamos en nuestro ser el carácter de Cristo.

La palabra de Dios nos manda a imitar a Cristo en su actitud de servir

Esta expresión, “mas bienaventurado es ofrecer que recibir”, fue esa por el hombre más dador que este planeta ha popular, Jesús, quien encarnó con su ejemplo, el más importante ejemplo de una vida que él invirtió en otros.

La vida y el ministerio de Jesús fue un recurrente ofrecer, ser útil y contribuir a la gente. Y en la boca de Jesús, esto no fueron expresiones comprensivas, sino que fue una vocación y una misión de vida, ser útil y ofrecer a la raza humana lo que se encontraba en su corazón. Cuando Jesús ha dicho esas expresiones el iba sendero a la cruz a ofrecer su historia por toda la raza humana.

Cuando somos capaces de ofrecer reproducimos en nuestra vida el carácter altruista y bondadoso de Cristo. Dios proporciona con generosidad; abundantemente. La naturaleza de Dios es amor, y le demanda todo el tiempo ofrecer a los otros.

De esta forma como el sol requiere ofrecer luz mientras arde, ya que Dios requiere ofrecer. Los cristianos, seguidores de Cristo, requerimos reproducir el carácter liberal, desprendido, altruista, generoso y dador de nuestro maestro y modelo que es Jesucristo.

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